Dra. Katyuska Mata Alfonzo.
LOS TATUAJES, LOS PIERCINGS Y SUS RIESGOS.
Los tatuajes y los piercings, son también conocidos como modificaciones corporales. Perforar el cuerpo y dibujarlo son costumbres ancestrales en numerosas culturas, y actualmente una práctica común entre adolescentes.
Los tatuajes son dibujos corporales permanentes que se realizan con pequeñas agujas que abren el poro y depositan tinta en su interior. El pigmento más usado es el carbón (grafito), además de pigmentos biológicos y extractos de plantas, óxidos minerales (ocre) y colorantes sintéticos. Otro tipo de tatuajes son los de henna, también llamados temporales, porque duran aproximadamente dos semanas, y a diferencia de los otros tatuajes, no se utilizan agujas ni otros objetos para perforar la piel. La henna es una planta cuyas hojas son molidas y mezcladas con aceites para formar una pasta que tiñe la piel color café u ocre.
La moda de decorarse el cuerpo puede traer complicaciones si no se realiza en condiciones higiénicas adecuadas. Entre los riesgos y posibles consecuencias de los tatuajes, están:
- Dolor durante la realización, especialmente en zonas donde la piel está cerca del hueso.
- Infecciones leves o reacción alérgica en la zona.
- Algunas personas tienen tendencia a que se formen cicatrices gruesas, llamadas queloide.
- Cuando no se emplean las precauciones necesarias y no se utiliza material estéril, se pueden introducir bacterias y virus en la sangre, incluyendo los virus de la hepatitis B y C o el VIH, virus que causa el SIDA.
- En el caso de los tatuajes temporales o de henna, la principal complicación es la dermatitis de contacto alérgica al compuesto parafenilendiamina.
Los piercing son perforaciones en el cuerpo que se realizan con una aguja o catéter, introduciendo por la piel un anillo, aro o adorno metálico. Los lugares del cuerpo más frecuentes para hacerlo son las cejas, la nariz, el ombligo, lengua y las orejas No es una técnica exenta de riesgos, sino que los efectos indeseados son frecuentes, como:
- Hemorragia
- Inflamación (enrojecimiento y dolor) e infecciones bacterianas en la zona
- Alergias
- Cicatrices y deformidades permanentes en el sitio del piercing
- Traumatismos y desgarros, por arrancamiento, roce o presión,
- Aunque menos frecuente: infección por los virus de la hepatitis B, C o del VIH.
- Lesiones en las encías, fisuras, astillas y otros daños en los dientes al morder involuntariamente el adorno.
Artículo escrito por.
Dra. Katyuska Mata Alfonzo
Puericultor y Pediatra.
Presidente filial Nueva Esparta