Dra. Inés Ortíz Alemán.
¿ QUÉ ES EL APEGO ?
El apego es el vínculo afectivo que un niño establece con su madre (u otro cuidador), que le da seguridad, amparo y le atiende en sus necesidades. Antes de nacer, el feto se encuentra en el seno materno y se encuentra en un medio donde tiene atendidas todas sus necesidades. Sin embargo, desde el nacimiento es totalmente indefenso y necesita la atención de adultos que asuman sus cuidados. A partir del nacimiento, debe generarse un vínculo entre la madre y el hijo que asegure la supervivencia del bebé. Necesita afecto y protección frente a potenciales agresores. El niño, desde el nacimiento, cuenta con un repertorio de conductas que le permite llamar la atención de sus cuidadores, y el principal de ellos es el llanto, mediante el que reclama ayuda. Posteriormente, empleará la sonrisa y otros gestos, el balbuceo y la palabra. Por otra parte, la persona a cargo del niño también tiene su personalidad: unas son más cariñosas y otras son más distantes, unas son más tranquilas y otras más ansiosas, y así con otras características. La madre (u otro cuidador) establecerá un vínculo distinto con el niño dependiendo de cuál es su personalidad y como ejerce esos cuidados. El niño, desde pequeño, se da cuenta de los cuidados que recibe, esos cuidados le permiten satisfacer sus necesidades tanto biológicas como afectivas, que no puede satisfacer por sí mismo y va generando una imagen mental de sí mismo (más o menos importante) y de su madre (con mayor o menor confianza en que atenderá sus necesidades). Esa imagen mental se reforzará con experiencias repetidas hasta que se forme el estilo de apego, el cual puede ser seguro o inseguro. Un estilo de apego seguro se caracteriza por una imagen positiva de sí mismo y una imagen de los otros (de la madre o del cuidador principal) también positiva. El apego inseguro se produce cuando la respuesta que el niño recibe, de su madre o cuidador, al momento de expresar alguna necesidad, es una conducta que genera estrés y angustia, aún satisfaciendo la necesidad manifestada.
Entonces el niño comienza a reprimir los elementos conductuales que debieran generar cercanía con su figura de apego de manera inconsciente estos niños, al ser alejados de sus cuidadores, podrían parecer despreocupados. Sin embargo, si se analizan sus conductas fisiológicas se puede notar la presencia de ansiedad, siendo ésta más prolongada que en los niños con apego seguro.
A través del Apego, el niño aprende a reconocer las situaciones de desamparo, las recuerda y las espera y reacciona de forma distinta si ha generado un estilo de apego u otro. En los primeros momentos de su vida, genera un vínculo o apego particular con la madre (o con la persona que se encarga de sus cuidados) y esas imágenes mentales quedarán grabadas en su memoria y le llevará a anticipar lo que puede esperar de sí mismo y de los demás cuando se encuentre con necesidades o inquietudes insatisfechas.
La calidad de las relaciones que establezca en el futuro con otros adultos (otros miembros de la familia, profesores, etc.) y con sus iguales (amigos, compañeros...) dependerá en gran medida de la calidad del vínculo afectivo que ha establecido con sus cuidadores en los primeros años de su vida. De ahí la importancia de dar todo el afecto y la protección a los niños.
DRA. INÉS ORTIZ ALEMÁN. SVPP TRUJILLO.