Dra. Zoraida Maldonado.
¿ CUÁNDO SOSPECHAR DE CÁNCER ?
El cáncer infantil es poco frecuente y representa el 2% del total del cáncer, hay que tener en cuenta que esta entidad puede cursar con signos y síntomas que pudieran confundir con otras enfermedades, ya que son inespecíficos, como por ejemplo fiebre, cefalea, aumento de ganglios, estrabismo, dolor óseo, debilidad muscular y otros, lo que en ocasiones dificulta el diagnóstico. Este sigue representando la segunda causa de muerte en niños mayores de 4 años. La leucemia, es el cáncer más común en niños y adolescentes, y la primera causa de tumores sólidos en niños son los del sistema nervioso central. El cáncer diagnosticado precozmente es potencialmente curable, cuando la sospecha es temprana, el paciente tiene la posibilidad de recibir un diagnostico oportuno, una derivación adecuada y un tratamiento preciso, favoreciendo la calidad de vida, con tratamientos menos intensos, disminución de las secuelas orgánicas y psicológicas. Existen factores que dificultan la detección temprana de esta entidad, como lo son: la biología tumoral, la consulta tardía de los padres, el conocimiento y actitud del equipo de salud que evalúa al paciente. El pediatra juega un papel importante en la sospecha y detección temprana de esta enfermedad. Generalmente los ganglios con características tumorales cursan con un tamaño mayor de 3 centímetros, pueden ser no dolorosos, perduran en el tiempo, adheridos a planos profundos, por lo que se debe consultar al pediatra, y si estos no responden al tratamiento y si su persistencia es de más de 4 semanas, debe ser referido al cirujano para planificar la toma de biopsia.
Leucemias: Mayor incidencia entre los 3 y 5 años de edad. El paciente puede cursar con palidez, fiebre, dolor osteoarticular intermitente, sangrado e infecciones severas, o como un síndrome hepatoesplénico, ganglios cervicales, inguinales, axilares, petequias (puntos rojos en la piel), erección dolorosa y permanente del pene y aumento testicular. Linfomas: El Linfoma no Hodgkin es el más frecuente, y es de progresión rápida. El paciente puede cursar con adenopatías no dolorosas, cervicales, supraclaviculares, y/o inguinales que pueden formar conglomerados, cuadros respiratorios, masas abdominales, sudoración nocturna, prurito, fiebre, vómitos y distensión abdominal. Los síntomas dependerán del lugar donde se encuentre la lesión. Tumor cerebral: Cefalea, vómitos que despiertan al niño por la noche o matutinos abundantes o progresivos, dificultades para la marcha, cambios en la sensibilidad, en el comportamiento, estrabismo, mancha blanca en la pupila, debilidad en las extremidades, y desviación de los rasgos faciales, fotofobia, etc. Ante una sospecha de Cáncer es prioritario consultar a su médico de confianza para que este realice la evaluación y solicite los exámenes pertinentes para llegar a un diagnóstico temprano y poder recibir tratamiento adecuado y oportuno.
Dra. Zoraida Maldonado.
Oncólogo Pediatra
Vicepresidente Filial Anzoátegui